Cuestión con la que debe lidiar un periodista minuto a minuto, pues ese instante se esfuma y el olvido toma el espacio cedido.

Suceso simple de explicar, ya que la noticia siempre es vieja: si es el reflejo de la realidad, ya te estoy contando el pasado.
Ok, se ve que es la misma vara con el que se valora al trabajador del teclado y tacos gastados del caminar del discurso y el asfalto, aunque muchos lo confundan con el ejercicio muscular del levantamiento del teléfono.
Aprendí una cosa: Hoy sos la luz y mañana de nuevo el abismo.