(foto: Reloj del pensamiento)
Dedicarme a la escritura quizás no fue muy sensato de mi parte. En el momento donde encontré que la pluma y el papel tenían la capacidad de devolverle la magia a este correr de horas, no quise resurgir más.
A penas pose la pluma sobre el papel, algo mágico ocurrió. La tinta comenzo a desplegarse como garabatos, formando una palabra, gestando una idea, moldeando una historia; luego haciendo carne un personaje. Y así fue… horas y horas viviendo vidas prestadas, imaginando palabras que desearía escuchar, prendiendo velas que soñé encender y rozando mi piel hasta la aurora, de ese alguien ha quien nunca poseí.
Pero … maldito ese día donde descubrí que al terminarse una historia, moría de nuevo e irrumpía la melancólica noche.
viernes, agosto 19, 2005
martes, agosto 09, 2005
Agobio
3:10 p. m.
Publicadas por
María Lucía Pairola
(Foto: El ladron de flores pintado por José María Córdoba )
No queria retroceder pero me salio asi: No sé, crisis, miedo y que pasa sino… Que se yo, (palabras inconexas que quedan como un ser volado y fumanchiado) será que por tanto andar dando vuelta es que pierdo el rumbo y por tanta disconformidad se roban lo que me dieron. Será hora de pelearla y salir con capa y espada a defender lo que aún queda antes que se dignen a llevárselo.
lunes, agosto 01, 2005
a domani
10:48 p. m.
Publicadas por
María Lucía Pairola
Son las 2.45 de la mañana, tendría que estar durmiendo, pero el sueño no se hace presente, es decir, no s e “me pegan los ojos”.
Doy pasos por el día vivido y me encamino hacia el nuevo por explorar. Quizás sea eso lo que me mantiene aún despierta, el aferrarme a lo de hoy y el desvelo por el interrogante que encierra lo próximo a desandar.
No sabría decir con exactitud, pero es una hipótesis digna de la madrugada.
A cada “tic tac”, se disminuye el tiempo de descanso, pero ni el pensarlo así mi cerebro da orden a mi cuerpo para hacerlo.
Creo que me podré en marcha, porque un buen día nace de una buena muerte.
A domani…
Doy pasos por el día vivido y me encamino hacia el nuevo por explorar. Quizás sea eso lo que me mantiene aún despierta, el aferrarme a lo de hoy y el desvelo por el interrogante que encierra lo próximo a desandar.
No sabría decir con exactitud, pero es una hipótesis digna de la madrugada.
A cada “tic tac”, se disminuye el tiempo de descanso, pero ni el pensarlo así mi cerebro da orden a mi cuerpo para hacerlo.
Creo que me podré en marcha, porque un buen día nace de una buena muerte.
A domani…
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